martes, 21 de febrero de 2012

BOTARGAS Y MASCARITAS

En estos días carnavalescos en que algunos andamos inmersos aún, me ha venido a la mente una fiesta romana que se celebraba el 15 de febrero: las Lupercales. Más de una vez oí hablar de la vinculación de los carnavales con esta fiesta, así como las reminiscencias que de las Saturnales presentaban (con las que no coincidían en fecha, pero sí en costumbres...). Sin embargo, nunca llegué a creérmelo del todo. A mí los carnavales me sonaban a tradición católica, a días de excesos justo antes de las prohibiciones cuaresmales. Bien es cierto que podía rastrearse en las costumbres carnavaleras cierto aire saturnal o lupercal, entre otros muchos influjos paganos. Pero no acababa de convencerme.
Las Lupercales eran una celebración en honor del Fauno Luperco (antigua divinidad pastoril de los ítalos), en que, tras sacrificar una cabra en la gruta Lupercal, lugar donde la tradición aseguraba que Rómulo y Remo habían sido amamantados por la loba, se iniciaba una especie de procesión en que los jóvenes lupercos medio desnudos iban azotando a quien encontraban a su paso con unas correas hechas con la piel de la cabra recién inmolada. Esto producía fecundidad en las mujeres, que solían lucir con orgullo los azotes. Y este último punto es el que me vino a la mente cuando descubrí el carnaval de Almiruete, un pueblo de Guadalajara donde celebran su particular carnaval con las Botargas y Mascaritas. En esta peculiar fiesta, los Botargas son jóvenes que tras recorrer el pueblo en procesión varias veces, ataviados con trajes típicos y con el rostro cubierto (en esto no se parecen a nuestros lupercos), acaban recogiendo a las Mascaritas y presentándose en la plaza del pueblo con juncos, cuyas pelusas arrojarán a los asistentes como símbolo de fertilidad. ¿No viene a ser un ritual de fecundidad similar el que comparte la fiesta romana con la de los Botargas de Almiruete?

martes, 14 de febrero de 2012

DESCUBRE LA DIOSA QUE HAY EN TI


En la sociedad actual, la belleza está a la orden del día, al igual que los dioses de la mitología clásica. ¿Que no me creen? Pues bien, un nuevo recuerdo de la cultura clásica llega a nuestros días con la marca "Venus", cuyo producto principal son las maquinillas de depilar para mujeres. Por eso, resulta muy curioso el nombre escogido pues Venus era la diosa de la belleza, el amor y la fertilidad en la mitología latina. Y por si no había quedado claro que se referían a Venus, su eslogan dice: "Descubre la diosa que hay en ti". ¿Me creen ahora?

CUPIDO

Nuestro particular homenaje al día de los enamorados viene con forma de dulce helado... ¿Acaso una heladería podía escapar a la influencia de la mitología romana? Por supuesto que no. Si hay algo tan dulce como el Amor, es un helado.

Cupido ha sido desde hace mucho tiempo la imagen del Amor. Ese angelote desnudo que se muestra ante el mundo como un niño travieso, juguetón y pícaro tiene su origen en la mitología griega, donde Eros simbolizaba el deseo sexual. Pero esa imagen que hoy tenemos de Cupido ha recogido irremediablemente múltiples influencias que nos han hecho imaginarlo así, pues una de las primeras tradiciones griegas mostraba a Eros como un anciano, ya que representaba una de las fuerzas más antiguas del mundo al haber surgido, tras el Caos primordial, junto con Gea y el Tártaro. Sin embargo, la leyenda más extendida lo hizo hijo de Venus y Marte, y compañero inseparable, por tanto, de su madre a la que arrebató el dominio sobre el deseo (pues eso es lo que en latín significa cupidus) o atracción sexual de los hombres hacia las mujeres, convirtiéndose así finalmente en el símbolo que hoy conocemos. 

Y a perpetuar esta imagen han contribuido numerosos escritores, entre muchos otros artistas, como podemos comprobar en las palabras de W. Shakespeare en su Sueño de una noche de verano (Acto I, Escena Primera): 
 "El amor no ve con los ojos, sino con el alma, y por eso pintan ciego al alado Cupido. Ni en la mente de Amor se ha registrado señal alguna de discernimiento. Alas sin ojos son emblema de imprudente premura, y a causa de ello se dice que el amor es un niño, porque en la elección yerra frecuentemente. Así como se ve a los niños traviesos infringir en los juegos sus juramentos, así el rapaz Amor es perjuro en todas partes."

martes, 7 de febrero de 2012

GAUDEAMUS

Ya no sé si es que esto de localizar referentes del mundo clásico es algo que se está convirtiendo en patológico, o es que tengo una atracción especial hacia ellos, o es que son tan numerosas que en cualquier rincón pueden aparecer... La última aportación que traigo, alegrémonos por ello, es la de la terraza Gaudeamus Café
Paseando por el madrileño barrio de Lavapiés, me encontré por casualidad el susodicho lugar. La curiosidad me pudo y no tuve más remedio que entrar a ver cómo era. Al principio resultó un tanto extraño, porque esta terraza se encuentra en la azotea del edificio de las antiguas Escuelas Pías, que actualmente pertenece a la UNED, con lo cual fue como entrar de nuevo en la facultad, pero para tomar algo. El nombre, por supuesto, resulta bastante apropiado teniendo en cuenta que "Gaudeamus" es el título del himno universitario: Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus... Y la verdad es que, como su propio nombre indica, me alegré de haber entrado porque resultó ser un lugar de lo más agradable. Digo lo de "como su propio nombre indica" porque gaudeamus es la primera persona del plural del presente de subjuntivo del verbo gaudeo que significa "alegrarse íntimamente, complacerse en algo". No puede ser más apropiado, ¿no creéis?